martes, 29 de mayo de 2012

Sobre el concepto de "Pecado Social" versus el pragmatismo como Nuevo Pilar Valórico

Una Señorita del siglo XXI no vive en el oscurantismo. Puede ser creyente (desde cualquier dios, pasando por el I Ching, los sufis, el yoga, los mayas, la Iglesia Maradoniana, etc. etc.), agnóstica (como Michelle Bachelet, pero es una postura bastante pusilánime) o atea (trate de no seguirlo como una religión).

En ese sentido, la noción de pecado contra Dios que agobiaba a nuestras correligionarias del pasado no es la regla moral general con la cual poder juzgar las acciones de una Señorita del siglo XXI. Hoy, como indica el título, la regla moral es descubiertamente social (entendemos que el "pecado" no puede ser sino un criterio igualmente social, pero puesto como externo a la sociedad terrenal y, por cierto, carnal): es el "pecado social", que arbitraria pero inconscientemente inunda las mentes de los individuos que componen la sociedad y conviven con nosotras, las Señoritas. 

Debemos reconocer que cualquier noción de pecado sirve de parámetro educativo/represivo de manera enajenante, de modo que pareciera como que dejamos de ser dueñas de nuestras acciones y hay factores externos dados como hechizantes en base a los cuales nos guiamos aún sin querer. Entonces, la real utilidad del pecado no existe ni para Dios (que, por cierto, no existe) ni para nosotras, bastante crecidas ya como para decidir por los cánones morales que queremos seguir.  

Es así como les presentamos una Nueva Propuesta Valórica, en respuesta a lo anteriormente descrito (siéntanse dueñas de ella para modificarla o desecharla, pero es altamente recomendada por varias Señoritas del siglo XXI, y con amplio rango de satisfacción). La propuesta tiene como base dos ejes que a su vez emanan directamente del pilar valórico del pragmatismo.

Eje de la Higiene: la promiscuidad, el descuido y la irresponsabilidad ya no nos agobian únicamente por la posibilidad de tener embarazos no deseados pues, con el avance tecnológico aplicado a las ciencias reproductivas hoy existen diversos mecanismos que nos permiten quitarnos ese miedo desde un principio (anticonceptivos) o bien desde un final, con métodos de emergencia a su vez preventivos (píldora del día después si no es abortiva, método Yuzpe) o represivos (toda la ensalada abortiva). Entonces, el miedo que sí tiene que persistir como guía moral y práctica es nada más ni nada menos que el de la presencia de materia séptica. Hay virus que no te quitas ni con todas las pastillas del mundo, wácala y qué miedo. Más efectivo que cualquier pena del infierno. 

Eje de la Visión de Futuro de acuerdo a los propios objetivos de vida: es cierto que los patrones morales sociales que nos enajenan son arbitrarios y muchas veces ilógicos y fascistas y apostamos a cambiarlos, pero para que esa subversión ocurra por completo la sociedad se tomará su tiempo. Por otro lado, si queremos contribuir a que ese cambio ocurra más rápido debemos ser validadas como actrices políticas en el actual contexto represivo. Difícil tarea: ¿cómo validarnos entre lo que queremos destruir, para destruirlo sin que nos detengan e incluso nos apoyen? Aquí prima también el pragmatismo: podemos fingir seguir ciertas conductas que no interfieran centralmente con una nueva concepción social a instalar, o bien, podemos derechamente seguir ciertas conductas que tampoco sean contrarias de manera central a nuestra propuesta, y así no ser rechazadas a priori por aspectos poco relevantes o no centrales en nuestra lucha. Para algunos esto puede significar un sacrificio, es cierto, pero de ninguna forma se corresponde con el sacrificio cristiano que implica sufrimiento como forma de purgar pecados o ennoblecer acciones; aquí el criterio es el pragmatismo. Aquí se ayuda también por la máxima: ojos que no ven, corazón que no siente.

Esperamos que puedan evaluar esta nueva propuesta y que ojalá la pongan en práctica, verán que así la vida es más divertida y a la vez moralmente correcta. 

lunes, 28 de mayo de 2012

Interpretando invitaciones

A veces una Señorita conoce muchachos con los cuales desearía profundizar un poco más en el conocimiento de su carácter y sus costumbres, y cae la suerte de que, a pesar de la cobardía que por defecto una atribuye a los jóvenes aún inexpertos, o bien sin esperar generar tanto interés en un Caballero atractivo, el resultado de las interacciones (usualmente dadas por Facebook) -si bien limitadas, bastante intensas-, es una gustosa pero imprecisa y somatizante invitación. 

Hoy analizaremos 2 variables prudentes de aquella invitación.

1. A tomar café. Esta es la menos arriesgada, vale decir la más fome. A pesar de los efectos enervantes que madres y abuelas le atribuyan a este brebaje, poco es lo que una o dos o cinco tazas de café puedan hacer por catalizar algo más que severos retorcijones de estómago durante una cita. Claro está, puede ser la perfecta excusa para sostener una interesante conversación sobre la crisis económica europea, que en tan lamentable situación tiene a nuestro -internacionalistamente hablando- hermano pueblo de Grecia. También podría dar pie a una rica conversación sobre arte contemporáneo; absolutamente inútil. Pero, conservando la compostura, cierto es que será un perfecto blindaje para nuestra pureza: sobria a las cuatro de la tarde, en un lugar público, lo más probable es que salgamos (demasiado) sanas y salvas. Ojalá además la inviten a una porción de torta. No pague, no vale la pena. Tampoco lleve condones, luego de esto volverá a su casa a conversar con su madre sobre los asuntos del día. 

2. A "tomar". Esta sí que es invitación, pero peligrosa. Apta para Señoritas con un alto contenido de experiencias. Este numeral se subdivide en varias categorías que, aunque no se espere, le otorgan diversos matices, los cuales son muy útiles y apropiados de conocer para una buena interpretación de la invitación formal/informal. Abarcaremos los más relevantes:

a) Unas "cervezas". Nótese el correcto uso de la palabra, nada vulgar, pero no menos osada: la cerveza contiene alcohol, y el alcohol contiene lujuria. Aquí, de partida, hay una indeterminación de la cantidad que se pretende que una ingiera, todo va a depender de la propia voluntad. Sepa calcular la cantidad de vasos que hace un pitcher y la cantidad de botellas "de litro" que circulan por su mesa. Sucede que mientras se está cómodamente sentada conversando no siempre es perceptible la forma en que el alcohol llega a nuestro cerebro pero, cuando nos ponemos de pie (para irnos a casa o a ...) el tambaleo nos delata. Sin embargo, quien invita a unas cervezas es, o bien siútico, o decidido pero relativamente decente. 

b) Unas "chelas". Acá, los efectos del alcohol pueden ser los mismos, a menos que las "chelas" sean cervezas con agua debido a la calaña del local en el cual se desenvolverá la acción. En esta invitación el grado de confianza con el muchacho puede ser mayor, lo que resta sutilezas, o simplemente tratamos con alguien relativamente menos decente que en el caso anterior, lo que es relativamente más adrenalínico que en el caso anterior. Acá se pueden percibir de todas formas al joven candente o al joven maleducado. Sepa distinguir, pues es apropiado que la primera invitación sea, si no al café, a las cervezas. 

c) Piscolas, roncolas, y destilados en general. Acá quieren curarla sin rodeos. Lo más probable es que adjunte a la invitación a beber la invitación a bailar. Una Señorita puede aceptar, siempre y cuando esté lo sufucientemente depilada para la ocasión. Modérese, que vomitar nunca es educado, además, si no se modera la pérdida de consciencia es una opción muy real pero indigna: así arriesga, sin duda, una violación

Luego de tratar en particular aquellas tres variaciones, apuntaremos unas conclusiones extraídas de la teoría general de la invitación a "beber". 

Bondades: a pesar de que la sobriedad invoca todo tipo de conversaciones triviales, es de suyo que tarde o temprano el diálogo caerá en un doble sinsentido: probablemente será ininteligible e innecesario, incluso molesto. Eso es una bondad puesto que permite hacer entender claramente que la cita dio resultado, porque sí: ese es el resultado que se espera de una verdadera cita de Señorita del Siglo XXI. Sin embargo, como es usted una Señorita sin necesidad de fingirlo, ya que fue educada en esos modales, anda con calzones de recambio, desodorante, pasta y cepillo de dientes. Lleve condones y lentes de sol.  

Peligros: la inminente violación, contagio de infecciones, pérdida de objetos de valor (como la dignidad), etc. Todos los que su sentido común le indiquen. 

Espero que estos consejos muy sutilmente estudiados le sean de ayuda de aquí en más, y que tenga muchas citas. 

Elogio a los Caballeros

Cuando las pasiones arremeten contra el cuerpo de una Señorita y esta considera la idea de hacer cosas indignas de su pureza con algún hombre, antes de dejarse llevar por el pecado de la lujuria, debe considerar un factor muy importante a la hora de resguardar su honra y reputación de Señorita:

Debe asegurarse de que el hombre en cuestión sea un Caballero. Esto significa que no divulgue su pecado jactándose entre los demás, que obviamente la considerarán una mujer ligera de cascos. El comportamiento esperado de una Señorita, como bien se sabe, es el romanticismo y la pureza. El deseo solo se justifica con amor en una relación estable, si no, es un pecado social, aunque nadie lo admita: por muy open mind que digan ser, será usted castigada con bromas de mal gusto. Esto no es nada nuevo, todas las Señoritas conocen el yugo bajo el que serán juzgada. Para evitar estas incómodas situaciones, es importante elegir bien al Caballero.

Si aún así la pasión se le fue de las manos y un pijacorta inseguro anda divulgando noticias poco dignas de una Señorita, siempre puede tomar alguna de las siguientes actitudes, según le acomode por su nivel de rudeza:

1. Admitir el pecado, pero vengarse de su indiscreción diciendo que es un pijacorta (esto no cabe en el pecado de la mentira, porque un hombre que traiciona la confianza de una Señorita es siempre un pijacorta mental).

2. Negar el pecado, recurriendo a la complicidad de una Amiga que testifique que estuvo con usted todo el tiempo en el baño o en cualquier otro lugar creíble que se les ocurra. Esas Amigas se merecen también un elogio.

Un Caballero siempre satisface sus deseos sin presumir de ello, guardando el secreto, sin poner en apuros a las Señoritas. Si se encontró con un Caballero, sonríale cuando se cruce con él y siéntase feliz: es usted una Señorita con suerte y su honra está a salvo. Por eso, elogio abiertamente a los Caballeros.

domingo, 27 de mayo de 2012

Conociendo Extranjeros Guapos en las Micros

Si es que en una micro usted acostumbra observar libidinosamente a los hombres, puede persistir en su conducta y continuar fingiendo que es una Señorita, pero debe observar ciertas precauciones para evitar ser violada y/o asesinada por un psicópata. "Caras vemos, corazones no sabemos", así que no debe descartar que hasta el más guapo y seductor hombre puede ser un potencial peligro. 

Si al subirse a una micro se encuentra con Sudafricano que parece un Dios de Ébano o con un Árabe que bien podría ser el Príncipe de Persia, basta con sonreirle coquetamente y esperar a que el guapito en cuestión se de por aludido y le responda con una sonrisa o un guiño. Cuando esto suceda, procure aparentar algo de timidez por la situación: "una Señorita no acostumbra hablar con extraños". Si continúa con el juego de miradas y sonrisas, seguramente no tardará en dirigirle la palabra con un delicioso acento extranjero.

Cuando se acerce su paradero, haga alusión a que se tiene que bajar pronto y ya verá como rápidamente el Extranjero en cuestión se apresura a pedirle el celular o el facebook y le pregunta con amabilidad si está usted disponible para enseñarle las bellezas de la ciudad. Llegado este punto, puede considerarlo como una victoria y decidir libremente si desea concretar la cita y darle datos de contacto verdaderos o falsos.

Si lo agregó al facebook y descubre que es un psicópata que le comenta todas las fotos con declaracioens de amor, puede borrarlo sin remordimientos, ¡no pensará reunirse con un psicópata! 

Si decide concretar la cita, recuerde que sea siempre en un lugar público. Una vez que lo bese, lo agrega a la Lista Internacionalista de Hombres Besados y puede darse por pagada... o continuar el romance, enamorarse, y convertirse en toda una Señorita de telenovela.

Esto es aplicable en cualquier espacio público, como las plazas y las calles (sobre todo en las marchas), pero a mi gusto, las micros le dan un toque más exótico y romántico.  



Pecados de pensamiento

Una Señorita no puede pensar en:

- Los bultos en la parte frontal de los pantalones de los hombres.
- Si acaso los bultos en los pantalones de los hombres son reales o no. 
- Que todos los hombres tienen pene (exeptúense casos médicos y transgéneros). 
- El tamaño del pene de cada hombre que una ve. Ni en relacionar dicho tamaño con las manos o la contextura física del hombre. 
- Que todas las personas se masturban. 
- Que cuando alguien no contesta el teléfono puede estar teniendo sexo.
- Que cuando alguien contesta el teléfono puede estar teniendo sexo. 
- Que toda la gente que una ve por la calle tiene sexo en algún momento (exceptúense, como es natural, los niños y la gente virgen que una no tiene cómo saber que es virgen).
- Que nuestros profesores -de no ser vírgenes- tienen sexo con alguien en algún momento.
- Que los curas y monjas tienen sexo. Usualmente del más pervertido. 
- Que cada persona que una ve en la calle es producto del sexo. 
- Que todos nuestros amigos son producto del sexo, y que los padres de nuestros amigos tuvieron sexo para concebirlos. IMPENSABLE NÚMERO 3; IMPENSABLE ABSOLUTO EN CASA DE LOS AMIGOS. 
- Que nuestros familiares tienen sexo. IMPENSABLE NÚMERO 2. 
- Que cada una de nosotras es producto del sexo entre nuestros padres. ESTE ES EL IMPENSABLE NÚMERO 1. 


viernes, 25 de mayo de 2012

Galanes en las marchas

Si durante una marcha o protesta usted se encuentra con un personaje vestido particularmente de Jack Sparrow y desea besarla, preocúpese. 

Él puede no haberse lavado los dientes con todo el ajetreo que produce madrugar. 
Él puede partirle el corazón y olvidarla en cuanto aparezca la próxima atractiva manifestante. 

Ahora bien, si es usted la que no se lavó los dientes y/o una casquivana comehombres, descuide. Pero preocúpese de seguir fingiendo que es una Señorita, si así lo desea. 

Cuerpos pintados

Puede ser que alguna vez usted haya visto alguna muestra del exuberante arte de los cuerpos pintados. Si es que a usted, una Señorita del siglo XXI, le apasiona el arte y tiene ciertos rasgos de exhibicionismo, liberalidad, desinhibición, egocentrismo y narcisismo, además de apreciar esta expresión probablemente le gustaría ser parte viviente de ella, le gustaría que le pinten el cuerpo. 

Navegando por Internet, hoy son muchas las ofertas que podemos encontrar y puede que a usted la agregue un perfil de Facebook que se dedique a reclutar señoritas para prestar su cuerpo, cual senadora designada, como lienzo. En este momento -igual que en muchos otros- debemos sospechar: si requieren señoritas de buena presencia, será para fines que van desde el café con piernas a la comercialización de imágenes eróticas; si da lo mismo la presencia, pretenden prostituirla o violarla. Del 100% de las ofertas, sospeche de ellas en un 99%, es decir, si le llegan 100 ofertas, divida cada una en 100, y dude de 99 de esas respectivas fracciones; quizá en algún grado puede ser una propuesta seria, sutil, artística. Googlee, ese puede ser un primer paso para descartar la idea de plano. 

Sucede que estas situaciones son extremas y se debaten entre 2 polos diametralmente opuestos, no hay términos medios: o será arte o abuso sexual. 

Si es que por azares estadísticos la propuesta logra pasar la barrera de la sospecha, concerte siempre una reunión con la persona detrás del Facebook, sea hombre o mujer. Procure que ese encuentro sea en un lugar público, nunca de noche ni con alcohol de por medio, recuerde que siempre puede ser un embauco para violarla. Además, lo más recomendable es que asista con su novio. Si no tiene novio (lo cual es muy probable), vaya con un amigo que genere miedo de recibir una golpiza en caso de que le falten el respeto a usted. Finja que su amigo es su novio, pero hágase respetar: que esta oportunidad no sea un excusa para recibir agarrones que no corresponden. 

Si después de las sospechas, la reunión y el sketch usted sigue con la idea de ser un lienzo de carne y la desconfianza se ha ido disipando en favor de un aparentemente prestigioso artista, siga desconfiando: puede ser igualmente un (a) degenerado (a). 

Usted ya ha decidido ir al estudio del "artista" para ser pintada y fotografiada para una exposición. Vaya con el amigo que fingió ser su novio. Ojalá ese amigo sea gay, para que no quiera propasarse en su personaje. Trate de que la pinten con calzones: nunca es bueno agarrarse infecciones; en caso de que se saque el cuadro cruce siempre las piernas, como una señorita. Si efectivamente las sospechas se consuman, vístase y corra mientras su amigo cumple el cometido que hasta ahora sólo era una advertencia. Si no pasa nada y en realidad era arte, siéntase satisfecha y orgullosa: su buen gusto y tino siempre la llevan por el buen camino cuando se es una Señorita de verdad.